¿El protocolo de protección a víctimas de trata en RD es solo papel o se traduce en acción efectiva? Análisis y retos de RATT Dominicana.
Protocolo de protección a víctimas de trata: ¿papel o acción?
El Protocolo Marco de Protección de las Víctimas de Trata de Seres Humanos fue aprobado en 2011 con la intención de mejorar la respuesta institucional ante una de las violaciones más graves a los derechos humanos.
Sin embargo, más de una década después, su implementación sigue enfrentando serios desafíos.
¿Qué establece el protocolo?
El protocolo víctimas de trata establece fases claras de actuación desde la detección, hasta la atención integral de las víctimas.
Involucra a ministerios, fiscalías, cuerpos policiales y entidades sociales especializadas.
También reconoce la necesidad de coordinación entre niveles institucionales y con organizaciones de apoyo a víctimas.
La brecha entre teoría y práctica
Aunque el protocolo es completo en papel, su efectividad real depende de la ejecución.
Muchas víctimas no acceden a los servicios establecidos por desconocimiento, miedo o fallos en los primeros puntos de contacto, como hospitales, comisarías o servicios sociales.
Desigualdad entre comunidades autónomas
Comunidades como Galicia, Cataluña, Navarra o Madrid han desarrollado sus propios protocolos complementarios.
Eso ha permitido adaptar el marco general a contextos locales, pero también ha generado desigualdad en el nivel de protección que recibe una víctima según dónde se encuentre.
El ámbito sanitario: una puerta clave
El protocolo incluye un anexo sanitario, reconociendo que los centros de salud son espacios clave para detectar trata.
Sin embargo, la falta de formación en el personal médico sigue siendo una barrera.
Detectar indicadores de trata requiere sensibilidad, tiempo y capacitación específica.
Menores víctimas: la situación más crítica
En el caso de menores extranjeros no acompañados o niñas explotadas sexualmente, el protocolo cuenta con líneas específicas de actuación.
Aun así, la detección sigue siendo baja, y en ocasiones prevalece la lógica migratoria sobre la lógica de protección.
El protocolo es un punto de partida, no la meta
Disponer de un protocolo víctimas de trata es un avance, pero el papel no salva vidas.
Se necesita voluntad política, formación, recursos y compromiso ético.
Conclusión: pasar del protocolo a la acción real
El Estado tiene la obligación de garantizar que toda víctima de trata reciba atención digna, sin importar su nacionalidad, edad o situación administrativa.
No basta con tener documentos bien redactados.
La verdadera protección se mide en acciones, no en archivos PDF.